jueves, 20 de mayo de 2010

El vaso medio lleno... puagh!! (de almíbar)


Hoy me ha llamado. Me ha contado que ha dormido mal porque una amiga ha invitado al "otro" al cine "¡los dos solos!" ha dicho casi indignada. Ha empezado a hablarme del otro con naturalidad, yo detecto esas cosas, sé cómo empiezan esas etapas, luego no me ha vuelto a llamar en todo el día. Lo he agradecido, la verdad, no tengo el cuerpo para según qué cosas.

Hoy he hablado con Víctor y con Susana. Les he contado que ya no estmos juntos. No se lo han creído, entonces me han recordado un día en que ella no pudo venir conmigo y joder, he visto claro que no vino conmigo para poder ir a la fiesta donde estaría el "otro". Ahora, a posteriori todo cobra sentido.

Ayer me dijo que era el hombre más sexy con el que había estado. Esos ojos verdes... esa forma de susurrarme al oído mientras me la clavas... ¡Ahora sí que te diría cosas obscenas mientras te lo hago con (no) fingida violencia! ¿Pero qué me pasa? Echo de menos que me llame pero no la echo de menos a ella... hasta que la veo. La odio y al rato la quiero, al rato me desespero, al rato escribo, al rato llamo a Olga, al rato soy hombre al agua.

Quiero que todo esto termine, quiero que todo esto sea sólo una pesadilla, quiero que no vuelvas nunca más, quiero que todo te vaya mal sin que te hagas daño,... "yo sólo le pido a dios que te cuide y que te dé todo lo que tú le pidas... pero te lo dé al revés". Sólo pido que una vez al mes le preguntes a la luna lo felices que hubiérmos sido, que me eches de menos... aunque sé que no lo harás.

Mejor no hacernos daño. Mejor no dar portazos. Mejor yo sigo soñando despierto y tú sigues con tus manías.

Ahora que lo pienso, no te deseo lo peor. Ni tan sólo te deseo que te sientas como yo.







La vida es como una partida de cartas: con el tiempo acabas conociéndolas todas pero siempre vienen mezcladas... a veces se pierde a veces se gana.

Cuestión de rachas.

2 comentarios:

  1. A mí me gusta el almibar, sobretodo el de melocotón...o el de lichies, lo bebo a sorbos incluso (lo hacía de niña...¿no lo voy a hacer ahora?)

    Si algo he aprendido en el exilio emocional, amigo Alvarez, es que se puede luchar contra los titanes del universo, pero nunca contra uno mismo, es una batalla perdida por ganada, aunque suene contradictorio.

    Besos

    (Porqué no existirán los caramelos de almibar de melocotón?)

    ResponderEliminar
  2. Almíbar de leches, dios mío, el mundo avança que da pavor.

    En el exilio uno se siente un emigrante, me gustaría volver algún día a casa.

    PS: ¿Quién te dice que no existen los caramelos de almíbar de melocotón? Y si no existen ¿los inventamos?

    ResponderEliminar