lunes, 20 de febrero de 2012

El infierno infinito


Hoy he hecho uno de esos ejercicios previos al suicidio. He buscado su nombre en google para saber de ella, una noticia del 27 de noviembre me dice que sigue con él. Me he derrumbado... y pienso que si hace casi dos años que me dejó por él y sólo el leer sus nombre en la lista de confirmación de una conferencia me deja hecho un manojo de nervios, no me imagino lo que debió ser aquello dentro de mí mientras ocurría. Eso explicaría en qué me he convertido, en lo que soy ahora.

Sé que no debería pensar más en ello pero todos estos días en los que se me van las fuerzas, pensar que yo no le importo como no importan las personas a las que yo dejé, me duele dentro de la cabeza, como si hubieran exprimido un limón sobre mi cerebro desnudo.

No he podido querer después. Ya no hay nada dentro de mí, me he secado como una hoja en otoño y he vivido todo este tiempo siendo un muerto en vida. De veras que no sé qué me ha impulsado a vivir todos estos meses. Ningún trabajo, ninguna nueva persona en mi vida, han tenido una oportunidad. En estos momentos estoy temblando y no precisamente de frío. Si tuviera una pistola me pegaría un tiro ahora mismo. No quiero seguir no mereciéndome seguir vivo.

Leo el horóscopo y acierta, siempre acierta conmigo el horóscopo de terra. Las emociones me desestabilizan. Yo soy así: recuerdo los últimos días, no puedo soportarlo.