viernes, 17 de septiembre de 2010

Just like hell-aven

Te la voy a meter toda hasta que me grites que me quieres, hasta que los tímpanos me duelan de oírte pedirme "por favor haz que me duela todo así", hasta que me supliques que me corra de nuevo entre tus muslos.

Te la voy a meter toda (que no es poco) hasta que no puedas articular palabra, hasta que sea tuyo porque tú eres mía, un apéndice más de mi sexo.

Estar dentro de tí es lo más parecido a ser yo mismo, estar dentro de tí es saber que existo.

¿Y qué nos quedará después de esto? ¿Dónde podremos ir si nos separamos el uno del otro? ¿No seremos dos emigrantes de un mismo lecho? ¿Qué otra cama nos hará sentirnos en casa como lo estamos cuando mis uñas rasgan tus nalgas, cuando tu boca me muerde la polla?

No, definitivamente no podría ya vivir sin ti, sin arrancarte la ropa, sin poner la mesa, sin programar el lavavajillas, sin subirte a la encimera de la cocina y embestirte con fuerza, sin ir al cine contigo, sin meterte la mano por debajo del vestido en el cine, sin ir a buscarte al trabajo, sin pedirte perdón por lo de antes, sin querer que me quieras, sin desesperarme cuando no me llamas. Sin la saliva de tu boca, sin tus labios a horcajadas en los míos. No puedo vivir sin tí, definitivamente, no puedo dejar de esperar a que me digas que quieres que nos veamos de nuevo y yo te dé...

La cosa más dulce.

La cosa más dura.

1 comentario:

  1. Alvarez calentando el viernes? Deberías decírselo, después de decirle todo eso será imposible que se resista.

    Un beso.

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